Inteligencia Emocional
- recursosemocionart
- 28 nov 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2019
Sabemos como seres humanos, que en nuestra vida cotidiana llegamos a experimentar sensaciones, sentimientos o emociones, que pueden llegar a mejorar nuestro día o puede llegar a empeorarlo. Que puede que nos sintamos alegres por una situación que ocurrió, que ante un acontecimiento injusto nos sintamos con enojo, o que ante una pérdida o al haber reprobado una materia, nos sintamos triste.
Todos estos son ejemplos de nuestras emociones que más que ser algo bueno o malo son parte nuestra y nos hace más humanos. Pero el problema ocurre cuando llegamos a experimentar estas emociones tan intensamente que no las logramos controlar, y comenzamos a sentir que ellas nos empiezan a controlar a nosotros.
Por eso es que debemos estar preparados y tener las herramientas y claves de qué hacer en esos momentos. Debemos tener lo que llamaos Inteligencia Emocional.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de Inteligencia Emocional?
Este término lo comienzan a utilizar Salovey y Mayer (1997), y lo definen como "una habilidad centrada en el procesamiento de la información emocional que unifica las emociones y el razonamiento, permitiendo utilizar nuestras emociones para facilitar un razonamiento más efectivo y pensar de forma más inteligente sobre nuestra vida emocional.
Y bueno pero, ¿cómo alcanzamos esto?
Saloveny y Mayer (1997) nos muestran las habilidades básicas que debemos desarrollar para alcanzar la Inteligencia Emocional.
1. La habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud
2. La habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento
3. La habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional
4. La habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual.
La percepción emocional
Esta habilidad se trata de identificar y reconocer los sentimientos propios y de los demás. Para ello debemos
1. Prestar atención y descodificar las señales emocionales de las expresiones faciales, movimientos corporales y tono de voz de las personas.
2. Discriminar acertadamente la honestidad y sinceridad de las emociones expresadas por los demás.
Y en cuanto a a ti mismo se trata de cuanto llegas a identificar tus emociones. pero también de identificar las sensaciones y estado fisiológicos y cognitivos que estas conllevan. Como por ejemplo un estado fisiológico de la tristeza son lágrimas en tus ojos, y uno cognitivo es un pensamiento de tener un muy buen día, lo podemos relacionar con la alegría que presentamos.
Un ejemplo de esta habilidad es cuando regulas tus acciones tras una mirada seria del profesor. O por el otro lado cuando el profesor percibe que está aburriendo la clase, buscar cambiar la dinámica para llamar la atención de los estudiantes.

La facilitación o asimilación emocional
La habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Esto debido a que nuestra emociones actúan de forma positiva sobre nuestro razonamiento y nuestra forma de procesar información. Y nos ayuda a priorizar nuestro procesos cognitivos básicos, focalizando nuestra atención en lo que es realmente importante.
Por ejemplo, algunos necesitamos tener un estado de ánimo positivo para concentrarnos y estudiar. Un amigo mío de hecho me comentaba que cuando se sentía animado y motivado comenzaba sus trabajos y los hacía super rápido. Mientras que en otros momentos, a pesar de que se pusiera a trabajar y lo intentara su rendimiento no era el mismo.
La comprensión emocional
Para esta habilidad se trata de desglosar el amplio y complejo repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en que categorías se agrupan los sentimientos. Es decir conocer que emoción es la que estoy sintiendo, ponerle nombre y categoría. Y también poder reconocer las causas de esa emoción y sus consecuencias en cuanto a nuestras acciones.
Además, incluye:
1. Conocer cómo se combinan las emociones, lo que lleva a las emociones "secundarias". Como por ejemplo: los celos, que pueden considerarse una combinación de admiración y amor hacia alguien junto con un poco de ansiedad por miedo a perderla debido a otra persona.
2.Interpretar el significado de las emociones complejas, que muchas veces no reconocemos tan fácilmente como las generadas cuando nos relacionamos con alguien más. Por ejemplo: el remordimiento que surge tras un sentimiento de culpa y pena por algo dicho a un compañero, de lo que te arrepientes ahora.
3. Reconocer las transiciones de un estado emocional a otro. Por ejemplo la sorpresa por algo no esperado y desagradable, el enfado posterior y su expresión, y finalmente el sentimiento de culpa debido a esa manifestación de ira desmedida.
4. Reconocer la aparición de sentimientos simultáneos y contradictorios. Como sentimientos de amor y odio sobre una misma persona.
Utilizamos esta habilidad cuando nos ponemos en el lugar de algún compañero o amigo que está pasando por una mal momento. (como: malas notas, enfermedad, divorcio de los padres…) y ofrecerle apoyo. O cuando decidimos quedarnos estudiando cuando sabemos que se acerca un examen en vez de salir con los amigos, porque sabemos que si vamos nos surgirá remordimiento y no podremos disfrutarlo. En esos momentos estamos anticipando nuestros estados emocionales.
La regulación emocional
Esta habilidad es acerca de estar abierto a nuestro sentimientos tanto positivos como negativos. Y reflexionar entonces sobre la información que nos transmite y descartarla o aprovecharla en cuanto a si nos parecen útiles o no.
Y como el nombre lo dice nos ayuda a regular nuestras emociones y las ajenas, moderando las emociones negativas e intensificando las positivas. Para ello debemos tener un manejo de nuestro mundo intrapersonal y también el interpersonal. Y se logra poniendo en práctica técnicas de regulación emocional que modifican nuestros sentimiento y los de los demás. Al ponerla en práctica nos llevaría al crecimiento emocional e intelectual.
Como podemos ver, cada una de las habilidades se relaciona, y al desarrollar una llegamos a desarrollar las demás como por rebote.
Te reto entonces a que comiences a utilizarlas primero contigo (intrapersonal). Analizando no solo tus acciones, sino la forma en que te sentías en ese momento. Y preguntarte:¿Qué me llevó a sentirme así? ¿Qué me provocó? ¿Qué emoción estaba experimentando? ¿Qué acciones me provocan alegría, me alteran, o me enojan?, Y sobretodo ¿Cómo puedo regularla, o manejarla? ¿Qué puedo hacer para la situación no me llegue a afectar tanto, que situaciones puedo evitar para sentirme de cierta manera?
Y también aplica para nosotros con los demás (interpersonal) Preguntarnos ¿Según su expresión que emoción esta presentando esa persona? ¿Qué me transmite a través de lo que leo en ella?¿Qué causó que esa persona reaccionara de esa manera? ¿Qué acción realice para que llegara a sentirse así? ¿Qué puedo hacer para que cambie su estado de ánimo?
Pero sobretodo no debemos olvidar que como seres humanos, reacciones diferente ante las circunstancias, que no significa que ante los mismos acontecimientos, llegaremos a sentirnos igual que los demás, o los demás se sentirán igual que nosotros. Por lo que se trata de conocernos y conocer a los demás, y seguir creciendo y mejorando como persona.
Info tomada de:
FERNÁNDEZ BERROCAL, P. y EXTREMERA PACHECO, N. (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, vol. 19, núm. 3, pp. 63-93. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/274/27411927005.pdf
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